¿ES TODO TIEMPO PASADO REALMENTE MEJOR? - Parte II

La Retrospección Idílica

  En el artículo anterior, se ahondó en las causas, origen, veracidad e influencia de la conocida frase "Todo tiempo pasado es mejor". Se estableció con claridad el concepto de declinismo, además de la nostalgia desde el punto de vista psicológico y social, y la diferencia entre ambos conceptos dentro del pensamiento general. Sin embargo, solo se hizo una alusión a un concepto, que creo merece un acápite aparte, y que está estrechamente relacionado con la temática abordada en el antes mencionado artículo; se trata, como se pudo leer en el encabezado, del fenómeno psicológico de la retrospección idílica o "retrospección color de rosa".

  Una definición rápida arrojaría que la retrospección idílica es el fenómeno psicológico de juzgar el pasado desproporcionadamente más positivo de lo que se juzga el presente. Esto no es un fenómeno nuevo, de hecho, ya los antiguos romanos se referían a este sesgo cognitivo con la expresión memoria praeteritorum bonorum, que traducido del latín es algo así como "el pasado siempre se recuerda bien",y que afectaba muchos aspectos de la vida del hombre, algo que no ha cambiado mucho desde aquellos antiguos días.

  La retrospección idílica está muy relacionada con el concepto de nostalgia, pero con la diferencia de que la retrospección idílica es, como ya vimos, un sesgo cognitivo, mientras que el fenómeno más amplio de la nostalgia no se basa necesariamente en una perspectiva sesgada. 

Sesgo Cognitivo

  Un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, lo que lleva a una distorsión, juicio inexacto, interpretación ilógica, o irracionalidad, basada en la interpretación de la información disponible, aunque los datos no sean lógicos, o sean ambiguos, o no estén relacionados entre sí​.

  Ejemplos de los sesgos cognitivos más comunes serian:

• El efecto arrastre: (o efecto bandwagon), es cuando hacemos o creemos en algo solo porque las personas que nos rodean lo hacen, como cuando la popularidad de un producto, persona, obra de arte, etc puede hacer que lo percibamos como más deseable. 
• La heurística de la disponibilidad: Las personas sobreestimamos la importancia de la información que tenemos disponible y recordamos con más facilidad, mientras que por otra parte tendemos a infravlalorar las estadísticas objetivas. Por ejemplo, podríamos pensar que fumar no es malo porque conocemos a un fumador de cien años que aparentemente jamás tuvo problemas de salud debido a su adicción.
• El sesgo de confirmación: Uno de los más extendidos, que se produce cuando se trata de buscar y favorecer la información que confirma nuestras propias creencias o hipótesis, desechando y catalogando como no validas aquellas otras que contradicen a las nuestras. En temas como las terapias alternativas, o pseudociencias ridículas como la astrología o la homeopatía por ejemplo, escuchamos y le damos valor sólo las noticias que encajan con nuestras ideas preconcebidas, y todas las demás que no concuerden carecen de veracidad en nuestras mentes.

  Por supuesto, existen muchísimos más sesgos cognitivos, de diversa índole, a causa de la complejidad de nuestro cerebro y del desarrollo evolutivo y psicosocial del ser humano como especie.

  Volviendo a la retrospección idílica, sus causas  tienen que ver con los mecanismos de memorización que posee el cerebro en el largo plazo, también con la discriminación implícita de los recuerdos en función del ego y el efecto de choque reminiscente o sesgo  del tiempo, para recuerdos de la infancia y juventud frente a recuerdos en edades más avanzadas. Algunos creen que el efecto de esta retrospección optimista puede alivianar la existencia en un momento presente, como por el contrario, plantear un negativismo en el presente y hacia el futuro. Cuando la retrospección considera aspectos sociales, puede conducir al declinismo, que ya se analizó en el anterior artículo, una interpretación de carácter cronocentrista (centrado en el paso del tiempo) que conlleva un acto de revisionismo histórico, donde el pasado de un sistema, sociedad, país o persona se idealiza como algo superior , en contraposición a un presente y un futuro que se conciben en decadencia.

  De todas maneras, debo dejar bien claro que la retrospección idílica es  solo una ilusión de la mente y una estrategia emocional, que puede ser útil para aumentar la autoestima y la sensación general de bienestar de una persona,​ especialmente frente a un presente desfavorable (según la percepción individual, no necesariamente porque lo sea)​ aunque el fenómeno también puede, por el contrario, sostener una mirada pesimista del presente y hacia el futuro.