EL EFECTO MANDELA

 


  El efecto Mandela es el fenómeno en el que dos o más individuos, normalmente un colectivo bastante numeroso, comparte un recuerdo que no tiene una base real, o sea, que jamás ha ocurrido. Es decir, el efecto Mandela ocurre cuando un colectivo recuerda como verdadero un hecho ficticio.

  La expresión efecto Mandela fue popularizada en 2009 por la bloguera sudafricana Fiona Broome. En su blog, Broome (una pseudocientífica de temas paranormales) relató que compartía con otras personas el recuerdo de que Nelson Mandela había fallecido en la prisión en 1980, y que su funeral había sido transmitido por televisión. La realidad es bien distinta pues Nelson Mandela fue liberado y nombrado presidente de la república de Sudáfrica en 1994, muriendo años más tarde, en 2013. Este efecto resulta especialmente curioso pues estas personas incluso recuerdan con detalles todo lo que "ocurrió", cuando en la realidad jamás sucedieron tales eventos.

Según la psicología, el cerebro humano tiene la capacidad de modificar los recuerdos con el tiempo. La memoria se construye de fragmentos enlazados, lo que puede inducir a errores en el procesamiento de información.

La memoria es una habilidad cognitiva que tiene lugar en nuestro cerebro y que, por consiguiente, tiene un gran componente subjetivo. Cuando generamos un recuerdo, activamos una red de neuronas que transfieren una información concreta a distintas partes del cerebro encargadas de almacenar información, como el hipocampo o la corteza prefrontal. Eso significa que el nacimiento del recuerdo no está en la experiencia en sí, sino en el procesamiento mental de dicha experiencia, por lo que podemos generar recuerdos que jamás han sido realidad.

Los recuerdos verdaderos son interferidos por nuevas informaciones recibidas del entorno (actos de comunicación), por el sistema de creencias y por la imaginación, responsable esta de conectar coherentemente los fragmentos. La memoria, por lo tanto, no discrimina la calidad del recuerdo (si es real o ficticio). De hecho, el efecto Mandela también se ve influenciado no solo por la generación del recuerdo, sino por el intento de recuperar dicho recuerdo. Y es que, la memoria humana es en gran parte de naturaleza constructiva. Eso quiere decir, que cuando recuperamos un recuerdo, solemos rellenar los huecos con conjeturas lógicas o experiencias que pueden, o no, ser realidad.

De hecho, esta cualidad de la memoria individual se relaciona con la criptomnesia, que ocurre cuando la persona cree verdaderamente que ha inventado algo que, en realidad, ya estaba inventado. 

Existen otras teorías para explicar este efecto. Entre ellas podemos mencionar la inducción externa de recuerdos, la cual sostiene que las personas son expuestas a la inducción de información por medio de actores sociales (individuales, institucionales o corporativos). Cuando existe un vacío en la información que no permite conectar lo sabido con lo observado, el cerebro procura resolverlo, mientras la memoria, incapaz de distinguir recuerdos veraces y no veraces, almacena la información. Así, los actos de comunicación colaboran en la construcción de recuerdos colectivos coherentes, ya que además, toda creencia falsa o verdadera se ancla en un imaginario cultural común. En la inducción externa de recuerdos, juega un papel importante la desinformación: si la persona no tiene un recuerdo profundo de un hecho concreto, alguien le cuenta lo que ocurrió en ese momento y eso que dice es mentira, es posible que su memoria fije como cierto ese hecho falso basado en lo que ha contado esa otra persona. También interviene el sesgo de confirmación: nuestra mente tiende a buscar, interpretar o recordar información de manera que confirme nuestras creencias o hipótesis

  Otra de las teorías psicológicas que intenta explicar el efecto Mandela se basa en la criptomnesia. La criptomnesia se conoce como el hecho de experimentar como propia una vivencia de otra persona, o creer haber tenido una idea original y genuina pero, en realidad, dicha idea ya existía y provenía de un recuerdo que se había almacenado anteriormente de manera involuntaria. Nuestro cerebro a veces puede colocar cosas que hemos imaginado en el lugar de la memoria. Así empiezan muchos Efectos Mandela, con alguien que imaginó cierta cosa y luego se lo comentó a los demás.

Debido a este fenómeno, el efecto Mandela es tan compartido y lo pueden llegar a sufrir muchas personas a la vez, creando así, un recuerdo conjunto. Basta con introducir de manera global una información falsa a nuestro cerebro para que éste rellene los huecos de nuestra memoria con dicha información.

  Se debe tener en cuenta que nuestras mentes no están predispuestas por naturaleza para aceptar nuevas interpretaciones de cosas que dábamos por seguras por lo que falsamente le atribuimos a la memoria recuerdos que incluso podemos visualizar, pero que nunca ocurrieron. Por esta razón también tenemos el fenómeno de disonancia cognitiva: si algo que te cuentan contradice tu interpretación de una dimensión de la realidad (como puede ser un recuerdo o tus creencias ideológicas más firmes) tu cerebro rechazará esa nueva interpretación y la información que la acompañe. El llamado efecto de confabulación es el efecto que sufren algunas personas y por el cual producen de forma inconsciente recuerdos incorrectos sobre los detalles más triviales (esto se percibe en la mayoría de los Efectos de Mandela), aunque podría llegar a nuevos recuerdos más complejos. Por lo general, quienes lo sufren son personas extremadamente confiadas en sus recuerdos y normalmente se resisten a cualquier evidencia contradictoria.

  Además, en el cerebro humano es común que ocurra el fenómeno conocido "errores de monitoreo de fuente", en donde nos es muy difícil distinguir entre eventos reales e imaginarios. El efecto Mandela se puede explicar también con los "errores de esquema", en donde los esquemas son paquetes de información que viajan al cerebro pero que pueden modificarse para entender mejor una situación y que a veces, terminan por distorsionar la realidad.  Por otra parte, internet, el avance en los medios de comunicación y la facilidad con la que viaja la información pueden ser factores que contribuyan a la nueva aparición de recuerdos de una realidad modificada, en la que el mensaje original se convierte en uno completamente nuevo cuando pasa de persona a persona. 

Fiona Broome

  No obstante, muchas personas han encontrado una explicación lógica a todo ello y creen que la teoría del efecto Mandela no se sostiene como un fenómeno científico. Por otro lado, otras personas creen que aquellos que se ven afectados por el efecto Mandela están mintiendo o confabulando historias que saben que no es verdad. Sin embargo, es claro que la memoria humana es muy sugestionable y los recuerdos pueden ser fácilmente moldeables. Por lo tanto, muchas personas que han experimentado el efecto Mandela no tienen intención de mentir, simplemente intentan construir recuerdos a partir de información que no han vivido en un pasado.

  Otra teoría, menos razonable, es la de los universos paralelos (la explicación que Broome sostiene). Su hipótesis está basada en la física cuántica, según la cual existirían planos paralelos en el universo, en los que el ser humano tendría la capacidad de participar. De allí que diferentes personas puedan tener los mismos recuerdos o recuerdos semejantes de episodios que nunca ocurrieron. Teorías aledañas a esta sugieren que la conciencia humana se mueve por reglas y leyes del universo cuántico y que por eso es posible tener recuerdos de otras realidades, de mundos paralelos. Y por supuesto, existe un sinfín de explicaciones descabelladas, o disparatadas teorías paranormales sobre este fenómeno, no hay que olvidar que Fiona Broome, quien acuñó el término "efecto Mandela", es una investigadora paranormal, y lo explica a través de teorías pseudocientíficas. Otras teorías paranormales incluyen los viajes en el tiempo, la magia negra y la hechicería y hasta la intervención demoníaca, o la que afirma que el mundo es un software, y el efecto Mandela son los glitches que nos dan la pista del sistema en el que vivimos, desde luego, nada veraces, y sin fundamento científico alguno. 


Algunos ejemplos del efecto Mandela:

-         Un señor Monopoly con monóculo. Muchos recuerdan al señor Monopoly, personaje del popular juego de Hasbro, como un dibujo de un señor con monóculo. Sin embargo, el magnate imaginario nunca lo ha tenido.

-         La canción "We are the Champions" de Queen, no termina con la frase "...of the world" (Si bien en algunos conciertos solían terminarla de esa manera, la versión de estudio no incluye la frase).

-         The Simpsons, en su traducción al español, en realidad se escribe "Los Simpson", sin S al final.

-         El androide C3PO del universo Star Wars no es completamente dorado, en realidad, una de sus piernas era plateada.

-         El discurso de "Ser o no ser", la primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare, Hamlet, nunca se hizo con una calavera, debía ser con un puñal o directamente con las manos vacías.

-         En julio de 1989 un hombre le plantó cara a varios tanques en la masacre de la plaza de Tiananmen en China. Mucha gente asegura que los tanques terminaron aplastando a aquel valiente hombre. Eso nunca sucedió, como se puede comprobar en los videos del suceso.

-         La famosa escultura de Auguste Rodin, El Pensador, es recordada por todos. Sin embargo, mucha gente recuerda a esta persona pensante con la palma de la mano sobre la frente. La realidad es que está apoyado sobre la barbilla.

-         La serie de dibujos animados de la compañía Warner Bros no se llama Looney Toons, sino Looney Tunes.


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