EL MITO DE LA ATLÁNTIDA

  Atlántida es un lugar conocido para todo consumidor de literatura, cine o libros de historia. La idea de la isla perdida considerada una sociedad utópica y avanzada cuya sabiduría pudo haber traído al mundo la paz y armonía es una idea que ha cautivado a soñadores por generaciones. Mucho se ha escrito sobre ella y muchos han gastado fortunas y sacrificado sus vidas por buscarla. Sin embargo no deja de ser uno de los tantos mitos o leyendas que han llegado hasta nuestros dias, pero como todo mito, carece por completo de veracidad.

  Los orígenes de esta historia se conocen, a diferencia de muchas otras leyendas cuyo inicio es una incógnita. Fue mencionada y descrita por primera vez en los Diálogos de Timeo y Critias, textos del filósofo griego Platón que datan de unos 330 años a.n.e. Es paradójico que hoy muchos hablen de ella como una utopía pacífica, cuando según las notas de Platón: “Atlántida no es un lugar para admirar e imitar, ni la sociedad perfecta; es lo contrario, Atlántida es la encarnación de una nación próspera, tecnológicamente avanzada y militarmente poderosa que se corrompió precisamente por su bonanza económica, sofisticación y poder”. 

  La Atlántida, en resumen, es más la leyenda de una ciudad rival de Atenas que una civilización sumergida. La conclusión es que Platón creó Atlántida como un elemento literario ficticio, debido a que no hay rastros de ella en ninguna otra parte del mundo. No existe evidencia en ninguna parte del mundo de que la Atlántida existió antes de que el célebre filósofo escribiera sobre ella. Si Platón supiera el efecto que ha tenido su escrito por siglos, se sorprendería bastante, y quizás hasta se riera a carcajadas. Es como si dentro de dos mil años en el futuro alguien buscara la Tierra Media de El Señor de los Anillos o el Hogwarts de Harry Potter.

  Una serie de "expertos" sobre Atlántida ha especulado sobre la presunta locación del lugar ficticio: cada uno con su particular conjunto de evidencias y argumentos, la han puesto en el Océano Atlántico, en la Antártida, en Bolivia, Turquía, Alemania, Malta y el Caribe. Pese a todo Platón no dejó dudas en cuanto a ubicación: “más allá de las Columnas de Hércules;​ y se la describe como más grande que Libia y Asia Menor juntas”. En otras palabras, estaba en el Océano Atlántico, más allá del Estrecho de Gibraltar, en la boca del Mediterráneo. Sin embargo nunca se vio en el Atlántico, ni en otro lugar. La única forma de hacer a Atlántida un lugar de misterio es ignorar el origen fantástico de la historia de Platón, olvidando que se trataba de una fábula moral y fantástica y defender que el filósofo escribió algo que de verdad vio. Ninguna de las ubicaciones propuestas antes se corresponde con la descripción original.

  El signo más obvio de lo mítico de Atlántida es que, pese a los avances en oceanografía y el mapeo del suelo en décadas pasadas, nadie ha podido detectar rastros de ella. Por dos milenios, es inconcebible que, asumiendo por un momento el irreal escenario de que hubiese existido en realidad, a los oceanógrafos del mundo, operadores de submarinos y sondas submarinas se les haya pasado una masa de tierra “más grande que Libia y el Asia Menor juntas”. Lo estudiado sobre las placas tectónicas tampoco favorece la especulación: el mar se expandió con el tiempo, no se contrajo, por lo que no se podría esgrimir como excusa para no detectar ni el más mínimo vestigio de semejante territorio. En otras palabras, el suelo oceánico no se podría haber tragado a Atlántida, como afirman algunos para justificar su inexistencia.

  La geología y la arqueología moderna dan un veredicto claro: NO HAY ATLÁNTIDA, y no hubo nunca tal civilización avanzada con aquel nombre u otro similar. En conclusión… nada de lo que se ha escrito de la Atlántida tiene la más mínima evidencia arqueológica , geográfica, histórica o lógica de su veracidad. Es solo un lucrativo mito, uno más.


Josher
Febrero 12, 2019