EL MITO DEL VEGANISMO

  Antes de todo, analicemos esta definición de veganismo acorde al fundador de la Vegan Society (Sociedad Vegana) Donald Watson:

“El veganismo es una filosofía de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal e incluye una reverencia por la vida. En la práctica se aplica siguiendo una dieta vegetariana pura y anima el uso de alternativas para todas las materias derivadas parcial o totalmente de animales”

Partiendo de dicha definición, el veganismo es un mito. Nada, ni nadie, es vegano dentro de la sociedad moderna. Sin embargo, son muchos los ingenuos que se creen este mito, creen que sus alimentos, vestimenta, calzado, productos de higiene y belleza, aparatos tecnológicos, libros, música, etc… y todo lo que consumen compulsivamente, es “vegano”. Pero en realidad esto no es así. Todo eso denominado “vegano”, no podrá contener materias de animales no humanos, según sus propios preceptos, pero en realidad sí contienen, o mejor dicho, sí colaboran con la explotación animal, sea humana o no, echando por tierra unos de sus principales argumentos.

  Si retomamos la definición anterior de veganismo, “…una filosofía de vida que excluye toda forma de explotación y crueldad hacia el reino animal…”, es evidente que no se es coherente con la filosofía, porque se colabora con la explotación sistemática del reino animal, así que, nuevamente, el veganismo es un mito. Los autodenominados “veganos” son muy ingenuos al no analizar, cuestionar y entender el funcionamiento de la compleja realidad, sin siquiera mencionar que la agricultura necesaria para obtener los alimentos iy la agricultura industrial requiere deforestar grandes extensiones de tierra fértil para aprovechar la fertilidad de ese suelo y convertirlo en un campo de cultivo. Deforestar significa destruir el ecosistema que ocupaba ese suelo. Se debe talar, o incendiar la vegetación de ese ecosistema.

Algunos “veganos” podrán argumentar en su defensa que las semillas, frutas y verduras que consumen, no son de origen industrial, sino de un huerto orgánico, pero si ese huerto utiliza tecnología moderna para la producción, almacenaje y distribución de sus alimentos, y si para poder adquirirlos hay circulación de dinero, inevitablemente se sigue colaborando con las dinámicas de explotación y domesticación sistemática, animal y ecológica.

  Los autodenominados “veganos” dependen de los adelantos tecnológicos para poder llevar a cabo su dieta. En la naturaleza salvaje ningún animal determina de qué manera se alimentará, esto en gran medida lo determina el entorno natural en donde se desarrolla. La dieta omnívora de los humanos no ha sido una elección, sino una necesidad de supervivencia, un requisito para poder sobrevivir en distintos entornos, comer lo que haya, lo que se pueda comer. El organismo humano no es especialista, es oportunista, y su dieta omnívora lo demuestra. El humano que ya ha alcanzado niveles de civilización, sí es capaz de decidir cómo alimentarse (dieta vegetariana, vegana, frugívora o carnívora), pero para que esto sea posible necesita colaborar y mantener su condición de humano al servicio del progreso y desarrollo tecnológico. La ingesta de carne tiene mucho más que ver con su alta provisión de calorías y que nuestro cerebro sea un extraordinario consumidor de calorías. La teoría de la evolución explica que los individuos mejor adaptados y seleccionados por la selección natural y social, serían los que tendrían una mejor capacidad mental, esto llevaría a que los mejores individuos serían los capaces de digerir carne.

  Ningún vegetariano, vegano o frugívoro, sobreviviría como el humano realmente libre que debería ser, en el entorno donde debería desarrollarse (Naturaleza Salvaje), con ese tipo de dieta. Y por más arraigada que sea la idea de que la dieta vegana es sinónimo de buena salud, lo cierto es que es bastante erronea, simplemente porque una dieta a base de vegetales por si sola NO PUEDE aportar al organismo todos los nutrientes necesarios para su óptimo crecimiento, desarrollo o bienestar. Esto evidentemente no quiere decir que no sea posible sobrevivir ingiriendo solo vegetales o similares, pero por supuesto es imposible obtener los nutrientes necesarios para el ÓPTIMO funcionamiento del organismo. el Homo Sapiens es una especie carnívora por naturaleza, y esta ha sido vital para su desarrollo y evolución. Por eso resultan preocupantes y hasta cierto punto peligrosas las nuevas tendencias que recomiendan alimentar niños pequeños con dietas veganas, ya que "eso proporciona un crecimiento sano y saludable", craso error que ningún padre responsable y consecuente con la salud de sus hijos debía cometer, en nombre del bienestar de los niños.

  Los autodenominados “veganos” podrán seguir engañando, y engañándose a sí mismos, podrán seguir tratando de imponer sus doctrinas a toda costa, siendo ellos incoherentes. Podrán seguir denunciando las "condiciones de esclavitud de los animales", las contradicciones dentro del sistema actual, la dependencia del veganismo de una sociedad tecnoindustrial, etc, pero nada de eso cambiará el hecho de que el veganismo seguirá siendo (esté fuertemente arraigado y generalizado o no) otro de los tantos mitos que conviven en nuestra sociedad.


Josher
Febrero 24, 2019