¿QUÉ ES UN ASESINO EN SERIE?




  Los asesinos seriales son personas que han estado presentes en la historia de la humanidad y que han estremecido a la sociedad en determinados momentos y en mayor o menor medida, pero también han puesto a pensar a los analistas del comportamiento humano. Para que un homicida sea considerado como asesino serial, debe tener ciertas características y comportamientos clave.

  Un asesino en serie es aquella persona que mata en al menos tres ocasiones con un intervalo entre uno y otro asesinato, generalmente en búsqueda de una gratificación psicológica anormal, con los asesinatos teniendo lugar durante más de un mes e incluyendo una ruptura significativa (un “período de reflexión”) entre ellos. Las diferentes autoridades aplican criterios diferentes al designar asesinos en serie. Mientras que la mayoría establece un umbral de tres asesinatos, otros lo extienden a cuatro o lo reducen a dos. El Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI), por ejemplo, define el asesinato en serie como “una serie de dos o más asesinatos, cometidos como eventos separados, por lo general, pero no siempre, por un agresor actuando solo”. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias monetarias (por ejemplo, asesinos a sueldo) o los que tienen motivaciones ideológicas o políticas (por ejemplo, terroristas, genocidas).

  Aunque la gratificación psicológica es el motivo habitual de asesinatos en serie, y muchos de los asesinatos en serie implican contacto sexual con la víctima, el FBI afirma que los motivos de los asesinos en serie pueden incluir ira, búsqueda de emociones, ganancias financieras y búsqueda de atención. Los asesinatos pueden ser intentados o completados de manera similar, y las víctimas pueden tener algo en común: grupo de edad, apariencia, sexo o raza, por ejemplo.

  El asesinato en serie no es lo mismo que el asesinato en masa (matar a numerosas personas en un solo evento determinado) ya que el asesino serial, en el período intermedio entre sus asesinatos, tiene un comportamiento bastante normal, condición que algunos analistas llaman "máscara de cordura”. Mientras que el asesino en masa es un individuo que comete múltiples asesinatos en una ocasión aislada y en un solo lugar. Los autores algunas veces cometen suicidio, por consiguiente, el conocimiento de su estado mental y qué los motiva a actuar de esa manera, se deja muchas veces a la especulación. Los pocos asesinos masivos que han podido ser atrapados afirman que no recuerdan claramente el evento. Tampoco es un asesino de juerga o spree killer, el cual comete múltiples asesinatos en diferentes lugares, dentro de un período de tiempo que puede variar desde unas cuantas horas hasta varios días. A diferencia de los asesinos en serie, ellos no vuelven a su comportamiento normal entre asesinatos. Sin embargo, los casos de episodios prolongados de asesinatos secuenciales durante períodos de semanas o meses sin aparente “período de reflexión” o “regreso a la normalidad” han hecho que algunos expertos sugieran una categoría híbrida de asesino en serie.

  Todos estos tipos de crímenes mencionados son usualmente consumados por una sola persona. Pero ha habido ejemplos en las tres categorías en los que dos o más perpetradores han actuado en conjunto. Se afirma que esto sucede en aproximadamente un tercio de los casos.



  Existen otros tipos de asesinatos múltiples también, aunque a menudo están relacionados con grandes organizaciones y no con dos o tres asesinos: genocidio y ataques terroristas.

  Los asesinos múltiples conocidos han sido generalmente hombres blancos entre los 20 y 40 años de edad, pero a pesar de ser mayoría, eso no significa que no hayan existido asesinos de diversas razas y rangos etarios (incluyendo niños y adolescentes. Las mujeres representan la minoría en las estadísticas de asesinos en serie, aunque esto no significa que no hayan existido mujeres asesinas de gran notoriedad a lo largo de la historia.

  Los asesinos en serie están generalmente motivados por una multiplicidad de impulsos psicológicos, sobre todo por ansias de poder y compulsión sexual. Con frecuencia tienen sentimientos de inadaptabilidad e inutilidad, algunas veces debido a humillación y abusos en la infancia y/o el apremio de la pobreza, también un bajo estatus socioeconómico en edad adulta, y en muchos casos afiliaciones religiosas (que pueden estar directamente relacionadas o no con la comisión de sus delitos), compensando esto con sus crímenes y otorgándoles una sensación de potencia y frecuentemente venganza, durante y después de cometer los delitos, aunque no se debe generalizar ni estigmatizar estas características, ya que los asesinos en serie tienen una amplia variedad de orígenes, situaciones de vida, estatus socioeconómico y estado de salud, desde los más afectados y/o trastornados, hasta aquellos que socialmente son ciudadanos queridos y respetados por su conducta en la comunidad o por su trabajo. El conocimiento de las acciones de estas personas aterroriza a comunidades enteras y con frecuencia confunden a las autoridades, consecuencias que son incentivo de su sensación de poder. Este aspecto motivacional los desliga de los asesinos a sueldo y otros asesinos múltiples, quienes están motivados por el lucro. Los asesinos en serie frecuentemente tienen impulsos sádicos en diferentes niveles. Estos anulan la capacidad de sentir empatía por el sufrimiento de otros, de esta manera, son frecuentemente llamados psicópatas o sociópatas, términos que han sido renombrados por psicólogos como trastorno de personalidad antisocial. Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria y la tortura, para obtener placer sexual por mutilación de la víctima y también de matarla lentamente por un prolongado lapso de tiempo.



  El término “asesino en serie” (“serial killer” en inglés) se atribuye comúnmente al ex agente especial del FBI Robert Ressler en 1974, y se volvió popular debido a los crímenes cometidos por Ted Bundy y David Berkowitz. Ressler fue uno de los fundadores de la Unidad Élite de Ciencias del Comportamiento (conocida popularmente como Mind Hunters o Psyque Squad). Ressler había escuchado el término “crímenes seriales” en un seminario de la academia de policías británica, referido a múltiples robos, violaciones, incendios o asesinatos, y tras su regreso a Estados Unidos, comenzó a adoptar el término “asesino en serie” en el caso de David Berkowitz, para denominar a aquellos que “cometen un asesinato, y otro, y otro de manera repetitiva”. La descripción le recordaba a las “aventuras en serie” de la industria cinematográfica, que eran cortometrajes episódicos que se exhibían en los cines, durante los fines de semana en las décadas de 1930 y 1940. Según Ressler, la audiencia de estos cortometrajes siempre se quedaba deseosa de más luego de cada proyección, de la misma manera que un asesino serial siempre está deseoso de cometer su próximo crimen, ya que tras cada asesinato, aumenta la tensión y el deseo de asesinar de nuevo con mayor perfección, en la búsqueda de la fantasía ideal. Lejos de quedar satisfecho, el asesino se apresura a continuar su ciclo de asesinatos de manera ascendente.

 Sin embargo, existe una amplia evidencia de que el término se usó en Europa anteriormente. En Inglaterra, el historiador de justicia penal Peter Vronsky, en su libro “Serial Killers: The Method and Manners of Monsters” (2004) explica que en la Bramshill Police Academy de dicho país, los términos “homicidio serial” y “homicida serial” aparecen en el libro de John Brophy “The Meaning of Murder” de 1966, y que solo fue introducido en la cultura popular estadounidense cuando , en 1981, fue utilizado para referirse al asesino serial Wayne Williams, el presunto asesino de niños de Atlanta.

  El término y concepto alemán fue acuñado por el influyente Ernst Gennat, quien describió a un individuo llamado Peter Kürten como Serienmörder (literalmente “asesino en serie”) en su artículo “Die Düsseldorfer Sexualverbrechen” de 1930. Y, según el Oxford English Dictionary, el término específico “asesino en serie” surgió por primera vez en un artículo de cine alemán escrito por Siegfried Kracauer sobre la película de expresión alemana M (1931), que retrata al mencionado Serienmörder pedófilo.

Este término se utiliza también para distinguir este de otro tipo de asesinos, como los que matan a grandes cantidades de personas o los que son remunerados por hacerlo.

  En la mayoría de los casos, atrapar a un asesino en serie no es una tarea sencilla para los investigadores dado que se trata normalmente se delincuentes bastante organizados que procuran no dejar cabos sueltos sobre sus actos, o bien porque suelen utilizar algunas distracciones para entretener a quienes los investigan. Cuando la policía confirma que está persiguiendo a un asesino en serie suele acoplar a la investigación a profesionales de la psiquiatría que le permitirán trazar un perfil del asesino a partir de las evidencias encontradas en cada uno de los casos. Ese perfil en muchos casos permite dar con el asesino o también prevenir algún ataque. Al tratarse de asesinos que presentan severos problemas psíquicos (en algunos casos, no a nivel general) puede ser que la justicia los confine a la reclusión perpetua en alguna institución mental una vez que son atrapados.

  Por otra parte, los asesinos seriales son un tipo de delincuente que despierta un notable interés entre la gente común como consecuencia de sus sádicos crímenes, sus personalidades, la capacidad que demuestran a la hora de evadir a la policía y seguir acumulando víctimas. Esta situación ha generado que muchos de ellos trasciendan a la fama y se vuelvan figuras mediáticas (se han dado casos de personas que se han enamorado de los homicidas, u otras personas que se dedican a coleccionar artículos relacionados con el asesino o sus víctimas), cuyas historias además son representadas en libros, películas, historietas, y en la cultura popular en general.

La literatura, el cine y la televisión son los medios que más han reflejado las historias de asesinos en serie, ya sea adaptando casos de la vida real o bien creando asesinos de esta clase que luego se vuelven muy populares. Gran parte de estas producciones han conseguido un éxito fenomenal entre el público.



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